Y mira, tú lo sabes perfectamente, si unes tu mano con la mía se abre todo un mapa en el que podemos visualizar nuestros caminos, nuestras montañas, nuestra hidrografía. Podemos comprender el territorio que por tanto tiempo estuvimos habitando, podemos ver mariposas brotar de nuestras palmas, podemos mirar el efecto del infinito, como poner un espejo frente a otro, podemos ir y venir. Pero sobre todo amor, podemos contemplar las grietas, los pantanos y la larguísima secuencia de tormentas, incendios y epicentros que nos llevaron a cada uno a quedarse tan solo con la mitad de un territorio en contingencia ambiental. Si unes tu mano con la mía se avivarán los recuerdos que hasta este momento se han quedado sin casa, desterrados y extranjeros. Si unes tu mano con la mía lo más probable es que tan solo se trate de un esfuerzo absurdo por revivir un muerto que ha sufrido un terrible paro cardiaco irreversible a cualquier maniobra de resucitación.
Imagen: Ira Bordo
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