octubre 19, 2007

Los Mapas (Primera Parte)

Hay una bolsita en mi vientre en la que guardo la cuarta parte de mi vida, toda una historia está encerrada allí, tan frágil, tan lánguida que de vez en cuando salen los recuerdos corriendo por la habitación, despavoridos, como entes invocados por una espiritista. Cada vez que esto sucede siento una enorme tristeza al contemplar su rostro de espanto y desubicación, ellos saben perfectamente que ya no pertenecen a este mundo, que ahora, para mi desgracia y la tuya, han pasado a formar parte de una cuarta dimensión a la que solo se tiene acceso a través del libro de las mutaciones o de nuestras manos unidas; juntas forman un mapa, ¿lo sabías? Y lo importante de este mapa no es la ubicación mediante los puntos cardinales, ni los caminos, ni los lugares, sino el desdoblamiento de puentes en los que es posible unir y contemplar el presente, el pasado y el futuro en un mismo instante. Lo importante de ese mapa, no son los nombres, sino los espejos, los laberintos y las rutas alternas.



Hay una bolsita en mi vientre en la que guardo la mitad de nuestra historia, desde hace un tiempo se convirtió en mi cementerio, aunque no es muy apropiado este concepto pues lo que en ella guardo aún sigue vivo, entonces más bien podría decir que es un refugio para entidades a destiempo y a desespacio. Me conmueve terriblemente ver recuerdos salir y percibir como les va faltando el aire y como sus delgadas piernas comienzan a debilitarse hasta que ya no pueden mantenerse en pie, entonces tengo que apresurarme a introducirlos una vez más en esa bolsa, en ese espacio anacrónico en el que pueden seguir existiendo, ellos saben que no pueden estar aquí, este ya no es su mundo, habría que mantener abierto el I Chin en el hexagrama de La duración, tendríamos que dejarles señales y conseguirles una especie de traje de astronauta para que pudieran ir y venir de un tiempo a otro sin perderse, tendríamos que volver a unir nuestras manos para que pudieran correr libremente.

Imagen: Ira Bordo

2 comentarios:

Noemí Mejorada dijo...

Uuuuyy ese I chin, tantos recuerdos.

Que bonito escribes, me cae! más porque cuando te leo me acuerdo de muchos lugares, personas y cosas en las que ya casi no pienso.

Y también me acuerdo de ti... jiji, aunque en ti, si pienso... ;)

Y de nuestro bar infierno, y del club miseria, y de taaaantas cosas...

besos chula!

Vala Sailhin dijo...

Ohhh, el bar infierno aún vive!! el mejor bar de la ciudad!!