Hay una bolsita en mi vientre en la que guardo la mitad de nuestra historia, desde hace un tiempo se convirtió en mi cementerio, aunque no es muy apropiado este concepto pues lo que en ella guardo aún sigue vivo, entonces más bien podría decir que es un refugio para entidades a destiempo y a desespacio. Me conmueve terriblemente ver recuerdos salir y percibir como les va faltando el aire y como sus delgadas piernas comienzan a debilitarse hasta que ya no pueden mantenerse en pie, entonces tengo que apresurarme a introducirlos una vez más en esa bolsa, en ese espacio anacrónico en el que pueden seguir existiendo, ellos saben que no pueden estar aquí, este ya no es su mundo, habría que mantener abierto el I Chin en el hexagrama de La duración, tendríamos que dejarles señales y conseguirles una especie de traje de astronauta para que pudieran ir y venir de un tiempo a otro sin perderse, tendríamos que volver a unir nuestras manos para que pudieran correr libremente.
Imagen: Ira Bordo
2 comentarios:
Uuuuyy ese I chin, tantos recuerdos.
Que bonito escribes, me cae! más porque cuando te leo me acuerdo de muchos lugares, personas y cosas en las que ya casi no pienso.
Y también me acuerdo de ti... jiji, aunque en ti, si pienso... ;)
Y de nuestro bar infierno, y del club miseria, y de taaaantas cosas...
besos chula!
Ohhh, el bar infierno aún vive!! el mejor bar de la ciudad!!
Publicar un comentario