junio 26, 2008

Secuelas de un Shock Epidérmico





No sucedía todas las noches, pero cuando pasaba, eran los peores momentos de su vida. Algunas veces, cuando él intentaba dormir, ella aparecía por su ventana y realizaba para él una danza de movimientos tentadoramente insoportables. Desde la lejanía se iba escuchando el aterrizaje acentuado por sus zapatillas de tacón, sonido que provocaba en él un completo shock epidérmico; y ella tan diabólicamente segura de su infinita belleza, se burlaba de él provocándolo, restregando su cuerpo en el cristal que se empañaba con su aliento. Él se retorcía en la cama e intentaba taparse con las sábanas para no mirarla, se esforzaba con todas sus fuerzas para negar la presencia de esa mujer con alas que deseaba culposamente, pues no podía permitirse caer en la trampa de ese cuerpo que se le entregaba libremente, como una luciérnaga que ilumina con su ingenuo brillo el camino de alguien que se niega a estar acompañado.

Para ella, esta situación resultaba divertida, pues efectivamente con la soltura que la caracterizaba, no tenía hasta ese momento nada puesto en juego, salvo la posibilidad de estar con él, de llevarlo lejos de esa habitación en la que permanecía cautivo, en su mundo de mentiras en el que vivía como conectado a un respirador artificial, protegido y medio muerto. Ella jugaba, se burlaba de él y de sus estúpidos límites y se había propuesto seducirlo hasta transgredirlos, hasta que cediera a la tentación y se fugara con ella a un mundo vivo, peligroso y contaminado, pero real.

Una de esas noches, ella llegó especialmente incitadora, se fue acercando hasta el cristal de la ventana y al sentirse contemplada, dio inicio a su danza cadenciosa y juguetona como siempre, pero esta vez quería llegar un poco más lejos, entonces comenzó a desnudarse lentamente; él temblaba de deseo, de pánico, nunca la había apetecido tanto como esa noche, nunca se había percatado de cuan hermosa era. Pero sufría, sufría demasiado, pues para tocarla tenía que traspasar los cristales que lo separaban del mundo al que había renunciado con la convicción de no volver jamás. Desesperado trataba de no mirarla pero no podía, sus ojos estaban completamente hipnotizados por ese cuerpo maravilloso y lleno de vida.

Se dejó llevar, rompió los cristales con desesperación y la tomó entre sus brazos, la besó con tanto deseo que estaba a punto de colapsarse, la acarició impetuosamente, recorriendo todo su cuerpo, pero al rozar sus alas, sintió un inmenso odio que no pudo contener y descubrió que más que la tentación de estar con ella, era la ambigüedad de poseerla y destruirla lo que lo atormentaba, sin embargo, dominaba el odio que le despertaba esa maldita mujer que comenzó a estrangular con toda su ira.


Aun no se explica cómo pudo huir de aquel hombre que resultó envenenado, solo recuerda que estuvo a punto de morir entre sus manos. De las secuelas, ni qué hablar, pues todavía no le vuelven a crecer las alas que perdió esa noche, y aunque no está segura de que las recuperará y a pesar de que nunca se imaginó que estaban en riesgo, sabe que encontrará otra manera para poder seguir volando.
Imágenes: Lilya Corneli

12 comentarios:

Noemí Mejorada dijo...

Oyyy, sus alitas!!!!!! que feo estar atrapado... yo, de haber sido el chico, subo a la chica en una avioneta y me la llevo a París!!!

;)

Que bonito texto! un verdadero homenaje a las mujeres rotas...

beXXXo!!!!!!

muack!

Vala Sailhin dijo...

Que lindo!!.. Pero, murió envenado???, cómo fue eso??

Vala Sailhin dijo...

Se murióooo???

Samantha dijo...

Rotita de mi corazón:tienes toda la razón, pero ese chico tuvo mucho miedo y era bien envidioso, jejeje. Lo chido es poder seguir volando, ¿nos vamos?, igual y no tenemos alas pero sí tenemos zapatitos de tacón y podemos ir rete lejos con ellos, como todas unas mujeronasm,si no, pregúntale a la Galactic que ya se puso los suyos desde el otro día ;).

Mi estimada Galactic, creo que ha sido confuso, efectivamente él estaba envenenado, lleno de veneno y por eso se le salieron las ganas de estrangular a esa muchachona tentadora. Muchas gracias por su comentario, ya la extrañaba en este bosque, siempre es muy agradable su visita. Bexos :)

Vala Sailhin dijo...

no, no, discúlpa pamantha, es que fue un domingo en el que extremé mi total taradez...:)

Lo siento, yo entendí todo chueco, ya nomás veo muertos por todos lados... eso está re mal, verdad?

Oye, pues yo siempre vengo por acá, sólo que no dejó commt...pues porque a veces ni sé qué poner!!... Pero aquí ando siempre...hasta puedes checar tu contador para confirmarlo, ja ja!!
Besos

Samantha dijo...

No se preocupe Galactic, la entiendo perfectamente, esas rachitas son fatales, jejeje, eso de ver muertos y no entenderts lo que pasa, jejeje, pero no preocuparts, es solo un rachita de reacomodo, relájese y déjese llevar por sus alitas de mujer viajera. Besitos y abrazos :)

Vala Sailhin dijo...

aY, no hablen de eso!!...que me pongo piorts!!

user name dijo...

cuanta hormona femenina se respira aquí jeje que mello jaja....

oiga pues muy interesante su relato...muy de la vida riall jiji...asi son las mujeres nomas andan tentando a uno..y cuando la ven cañona les va pior jiji....es broma...benditas sean las mujeres...

saludos afectuosos

Luis Frost dijo...

aay, ¿cómo no conocía este blog?

Samantha dijo...

Ay, mi querido User Name, se le salió ese comentario del alma, no me lo puede negar, jejeje, pero la neta somos imprescindibles, usted lo sabe mejor que yo. :) Un abrazo.

Luis Frost: qué chido que hayas venido, me da gusto recibirte, además según veo en tu perfil, estás en mi ciudad favorita, saludos, :)

Lilith dijo...

Me hiciste viajar en el tiempo y recordar tantas cosas, lo bueno que si aun podemos volar, más hormonas femeninas!! viva!!

Genial su homenaje a las mujeres rotas,me uno a el, cada que entro aqui me siento muy identificada jeje
;)

Samantha dijo...

Ay¡¡¡, qué gusto que vengas Lilith y ya sabes, siempre hay un refugio bonito y reparador para cada mujer rota además es muy fácil encontrarlo. Te mando un abrazote :)