enero 10, 2008

Desde el exilio de sí mismo



Los refugiados se dividen en dos clases: aquellos con fotografías y aquellos sin fotografías, dijo un refugiado bosnio”


Dubravka Ugresic, “El museo de la Rendición incondicional”



Desde su exilio se ve a través de la ventana y sabe que está en la frontera, al sur de la cordura, esperando un tigre para pisarle la cola. Y aunque su boca, una vez más no se quiere desprender, dejará que sus venas vuelen como libélulas porque ya está cansada, le gana esa fuerza de gravedad enloquecida y no puede, ya no puede. En ese último intento se arriesgó porque su estómago aún no conocía la acidez suficiente como para descubrir la irreversibilidad del daño, sus bronquios todavía no detectaban la toxicidad de ese oxígeno y sus riñones, esos con los que creía tener mucho contacto, aún no punzaban como bisturís arrepentidos. Desde su exilio sabe que por ahora no pertenece a ningún lugar, sin embargo aún hay pedacitos, recuerdos y fotografías con las que podrá ir tejiendo una nueva prenda para su equilibrio mental.
Imagen: Ira Bordo

4 comentarios:

Vala Sailhin dijo...

Bonita foto, bonito final!! Sin moralejas, es lo que hay y lo que debe hacerse!! Un beso niña!!

Samantha dijo...

Pues sí, mientras no haya nada más ¿qué le vamos a hacer?

Gracias linda, un beso también

Noemí Mejorada dijo...

Mira, yo a veces siento también como si no tuviera lugar, como si ya no perteneciera a donde creí pertenecer. Pero pienso en el bar infierno y entonces veo el ancla irse al fondo.

Grax niña por todo...

:)

Lindo lindoooooo!!!

Samantha dijo...

Fíjate que yo también tengo como ancla al Bar Infierno, desde hace dos años aproximadamente me ha salvado del exilio, es un bonito lugar donde siempre hay espacio para nosotrash. Jejeje

Y gracias a ti¡¡¡¡